Realidades hoy

Realidades

En estos días de complejidad cotidiana, nos encontramos envueltos en circunstancias comunes en lo social sumadas a las propias como seres humanos o familia. Lo colectivo y lo personal. ¿Qué piensas de tus problemas con respecto a los demás?, ¿Te sientes bien al mirarte en otros? ¿Te comparas con otras personas o familias? ¿Buscas soluciones a tus problemas observando como lo hacen los demás? Son cosas que a todos nos pueden pasar y a la ves no, todo es cuestión de vivir la realidad.

Hoy 24 de marzo de 2020, en plena “cuarentena social colectiva” como lo tituló así el gobierno, se nos ocurren cualquier cantidad de cosas de las cuales pocas terminamos haciendo completamente, tratamos de invertir nuestro tiempo pero los quehaceres, los hijos o la flojera interrumpe nuestro potencial de crear, o desarrollar cosas, ¿Serán excusas o justificaciones? Pero sin duda estas cosas nublan el panorama y se nos parece el día que pasa rápido, aunque al sentarnos pareciera eterno.

Las noticias del Coronavirus – Covid 19, nos llena y ocupa nuestro tiempo, buscar las alternativas para llevar esta situación hace que nos comuniquemos más, dentro de lo positivo, en lo social nos lleva a conversar con vecinos, respetando y con la confianza que estamos en una zona donde no se encuentra afectaciones por el virus hasta el momento, y allí en esas conversas podemos darnos cuentas de las distintas realidades que a cada quien aqueja y que cada quien resuelve a su manera. Al menos donde me encuentro esta es la situación, que nos lleva a una normalidad particular.

No podemos compararnos con otros, ni en lo particular y menos en lo colectivo, parroquial, municipal, nacional o mundial, toda situación es distinta por más parecido que tengan, es sin duda algo especial lo que cada quien vive, por ello nos debemos respetar y no involucrarnos en las decisiones de otros, por más que queramos ayudar es muy desagradable que ajenos vengan a decirte que hacer, existen maneras donde los niveles de socialización nos permitan darle a nuestros colindantes sugerencias o aportes que les pueda llevar a mejorar su situación, pero sin duda primeramente debemos hacerlo sin esperar nada a cambio, y por otra parte debemos determinar el momento en hacerlo, porque de lo contrario nuestra intervención quedará como una intromisión ponernos en los zapatos del otro es muy acertado, y allí debemos comenzar nuestra empatía con los vecinos, toda una travesía descubrir cómo abordar para no caer mal por lo menos no vernos como personas entrometidas, que es lo común en que terminan algunas (o algunos).

La intención de escribir estas líneas, además de invertir el tiempo, es expresar como podemos abordar distintas cosas y en lo particular nuestra relación con los demás. Este momento es muy importante la unión desde el núcleo familiar hasta la organización comunal. Toda reciprocidad es una manera de expresar lo que entendemos de cómo llevar o hacer las cosas. Las respuestas que los demás emiten al momento de escucharnos son el resultado de lo que iniciamos, si expresamos un comentario de algo, y las respuestas que recibimos son los que no esperamos, entonces debo evaluar lo que dije, “a veces no es lo que se dice, sino como lo dices”. Saber escribir lo que sientes es difícil, a pesar de que es algo que vives, pero comunicar lo que piensas de un momento, es aún más delicado, ya que si decimos algo que no queremos y además ofensivo para otros, seguro tendremos inconvenientes. Pensar antes de hablar, si es algo que todos los libros lo recomiendan, hacerlo, es el detalle. Imaginemos la dificultad que se nos presenta al escribir, pero al hablar quizás pensamos que no hay tantos detalles, y es tanto o más, ya que todo lo que expresamos queda en el tiempo, pero lo que escribimos lo podemos borrar en algún momento, o simplemente podemos corregir y cambiar, pero lo que sale de nuestra boca puede quedar marcado en el espacio, y eso sería más dificultoso corregirlo.

Es necesario que entendamos como hacer y decir las cosas, es importante para socializar y dar a entendernos con todas las personas, nuestros hijos deben ser un estímulo de aprender a expresarnos de una manera adecuada, es un camino donde todos los días podemos descubrir y cultivar.

Siempre en la búsqueda de conocimiento y aprendizaje, formación continua y sostenida.

Tiempo de aprender y entender, escuchar y saber que decir, comunicarnos con todas las personas sin esperar respuestas, responder sin esperar que nos pregunten, no pecar de ignorancia y conocer el momento de expresar los sentimientos, saber con quién y a quien decir lo que sentimos.

Saludos para todos en estos días de bendiciones, espero seguir compartiendo tiempo de calidad.

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Eber Morin