La revolución de ideas

Los seres humanos aprendemos la mayor parte del tiempo por consecuencia de nuestras propias vivencias, es tanto así, que no nos gusta escuchar a quienes nos dicen algo a lo cual no estamos de acuerdo, a pesar que podamos reconocer que tiene la razón esa persona, pero el simple hecho que no estemos de acuerdo nos hace impedir escuchar, aunque si oímos.

Es difícil enfrentar nuevos retos, sin antes saber a que nos enfrentamos, y estas vivencias sólo las encontraremos en el pensamiento de otros, por ello debemos ser sinceros con nosotros mismos y reconocer que otras personas nos pueden ayudar a alcanzar nuestras metas, no somo únicos en saber algo totalmente, pero si somos únicos en hacer algo en un estilo, y de irnos bien es una experiencia que le puede servir a muchos, por ello debemos estar dispuestos a aprender escuchando y mejorar contando nuestras experiencias.

Nuestra vida mejora indudablemente cuando tenemos disposición a entender que otros pueden hacer las cosas de una manera distinta a la de nosotros, y aún más cuando logramos moldear ese aprendizaje a nuestra semejanza y consigamos tener éxito con nuestro propio estilo, sin dejar de reconocer el de otros. No se trata de ser mejores que nadie, esa valoración depende de unos resultados que quizás ni nosotros podamos hacer, pero mientras nos sintamos bien con nosotros mismos, y nuestro éxito vaya de la mano con nuestro crecimiento, profesional y personal, sin hacer daño, sólo se necesita ser felices.

Si nos empeñamos en hacer de nuestra razón algo perfecto, que no tiene errores o que simplemente no existe nada mejor, podemos estar creando un modo de existir poco razonable, que debilita el alma y aleja la felicidad, es peligroso crearse ideas que existe una sola manera de hacer las cosas, es como las ideologías o creencias, que pueden generar dudas en algún momento, pero las borramos porque creemos que lo que creemos es perfecto, y a veces se trata no de lo que creemos, si no de lo que entendemos que creemos, es como la interpretación de las leyes, siempre escucharemos versiones diferentes de un mismo artículo, dependiendo de los puntos de vista y conveniencias de momento, es difícil encontrar en una tertulia un acuerdo amable rápidamente. 

Considero que en un punto debe existir un equilibrio, donde nuestro pensamiento sea inquebrantable, pero luego de haber conseguido una idea única para nosotros, que quizás se parezca a la de alguien y que sea contraria a la de otro, y por esto siempre vamos a tener un contrario de pensamiento, la cuestión es que por eso no se cree una situación anti ética, si no al contrario, se forme una circunstancia de aprendizaje. En la mayoría de las discusiones, se comienza por las diferencias entre ideas, lograr entender que de esas ideas puede salir una única, que pueda tener aspectos del resto, sería algo genial, pero habrán ocasiones que son decisiones, o es una o la otra, que aunque nos parezcan malas ideas el que las toma, debe tener el valor de aprender si llega a equivocarse aceptando la razón del otro. Pero solamente tomar la decisión es lo que garantiza el aprendizaje y la mejora en el conocimiento.

En la actualidad, es tendencia encontrarnos con parcialidades exageradas, donde creer tener la razón es algo de vida o muerte, como cuando apostamos a un equipo al cual somos fanáticos, haciendo ver que son los mejores sin reconocer las competencias de los equipos contrarios. Se trata de ser objetivos, no necesariamente callando nuestras habilidades o divulgando las fortalezas del adversario en el caso de competencias deportivas, si no planteando nuestras ideas y evaluando los resultados de manera lógica, sin guardar nada. En el caso de la política, son temas mas profundos, donde las ideologías pueden generar grandes riesgos para lograr un resultado, todo estará en reconocer en cada momento que tan eficiente son los resultados que buscamos. Así como estos temas deportivos y políticos es la religión, estos tres temas son motivos de discusiones que quizás podamos sentirlas estériles, ya que la discusión se tornará inútil cuando sintamos que nuestro adversario de ideas no acepta nuestra razón, y es sencillo, el también pensará lo mismo. Es aquí donde debemos tener tolerancia, paciencia y entender que no somos los únicos seres pensantes, que aunque creemos tener la razón existen otros que piensan distintos, sin embargo, el hecho que nuestras decisiones no entorpezcan o debiliten nuestras relaciones profesionales o incluso personales, será entonces nuestro acelerado aprendizaje, recocer nuestros errores y superarlo será factor importante y de aprendizaje.

Para muchos este tipo de personas, que siempre buscan el equilibrio de ideas, aceptando las fortalezas de sus ideologías pero también las debilidades, donde puedan encontrar buenas ideas en los pensamientos de otros, significan personas poco creíbles, es decir, que no deberían existir grises, o es blanco o es negro, pero estoy seguro que los grises existen, así como existen las personas que pueden hacer del mundo mejor, buscando lo buenos de todos y todas, líderes que puedan guiarnos sólo escuchando ideas y orientar los recursos hacia unos resultados favorables a todas y todos, y en el momento que estos resultados no sean los deseados para alguno entonces, rectificar y seguir buscando el equilibrio.

Cuando un líder no toma la mejor decisión, pasan dos cosas: o rectifica y mejora la idea en busca del resultado esperado, o simplemente sigue cometiendo errores y lo cambian a él. Si el equipo, No hace ver al líder de su error, entonces, pasarán tantos líderes como queramos estar estancados en un mismo error, que puede ser una vida entera.

Seamos abiertos a ideas nuevas, renovadoras, de tendencias actuales, de un mundo moderno, que no se permita generar retrasos pero que no olvidemos nuestros valores.

Eber Morin

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